viernes, 30 de septiembre de 2011

Mutuo encanto del esposo y de la esposa (2)

Foto cortesia de Bodas Kedusha

¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias,
 Oh hija de príncipe!
 Los contornos de tus muslos son como joyas,
 Obra de mano de excelente maestro.
Tu ombligo como una taza redonda
 Que no le falta bebida.
 Tu vientre como montón de trigo
 Cercado de lirios.
Tus dos pechos,  como gemelos de gacela.
Tu cuello,  como torre de marfil;
 Tus ojos,  como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;
 Tu nariz,  como la torre del Líbano,
 Que mira hacia Damasco.
Tu cabeza encima de ti,  como el Carmelo;
 Y el cabello de tu cabeza,  como la púrpura del rey
 Suspendida en los corredores.
¡Qué hermosa eres,  y cuán suave,
 Oh amor deleitoso!
Tu estatura es semejante a la palmera,
 Y tus pechos a los racimos.
Yo dije:  Subiré a la palmera,
 Asiré sus ramas.
 Deja que tus pechos sean como racimos de vid,
 Y el olor de tu boca como de manzanas,
Y tu paladar como el buen vino,
 Que se entra a mi amado suavemente,
 Y hace hablar los labios de los viejos.
Yo soy de mi amado,
 Y conmigo tiene su contentamiento.

Cantar de los Cantares 7:1-10

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