martes, 27 de septiembre de 2011

La esposa alaba al esposo


¿Qué es tu amado más que otro amado,
  Oh la más hermosa de todas las mujeres?
  ¿Qué es tu amado más que otro amado,
  Que así nos conjuras?
Mi amado es blanco y rubio,
  Señalado entre diez mil.
Su cabeza como oro finísimo;
  Sus cabellos crespos,  negros como el cuervo.
Sus ojos,  como palomas junto a los arroyos de las aguas,
  Que se lavan con leche,  y a la perfección colocados.
Sus mejillas,  como una era de especias aromáticas,  como fragantes flores;
  Sus labios,  como lirios que destilan mirra fragante.
Sus manos,  como anillos de oro engastados de jacintos;
  Su cuerpo,  como claro marfil cubierto de zafiros.
Sus piernas,  como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino;
  Su aspecto como el Líbano,  escogido como los cedros.
Su paladar,  dulcísimo,  y todo él codiciable.
  Tal es mi amado,  tal es mi amigo,
  Oh doncellas de Jerusalén.


¿A dónde se ha ido tu amado,  oh la más hermosa de todas las mujeres?
  ¿A dónde se apartó tu amado,
  Y lo buscaremos contigo?
Mi amado descendió a su huerto,  a las eras de las especias,
  Para apacentar en los huertos,  y para recoger los lirios.
Yo soy de mi amado,  y mi amado es mío;
  El apacienta entre los lirios.

Cantar de los cantares 5:9 - 6:3

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