jueves, 22 de septiembre de 2011

El ensueño de la esposa



Son 3:1  Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma;
 Lo busqué,  y no lo hallé.
Son 3:2  Y dije:  Me levantaré ahora,  y rodearé por la ciudad;
 Por las calles y por las plazas
 Buscaré al que ama mi alma;
 Lo busqué,  y no lo hallé.
Son 3:3  Me hallaron los guardas que rondan la ciudad,
 Y les dije:  ¿Habéis visto al que ama mi alma?
Son 3:4  Apenas hube pasado de ellos un poco,
 Hallé luego al que ama mi alma;
 Lo así,  y no lo dejé,
 Hasta que lo metí en casa de mi madre,
 Y en la cámara de la que me dio a luz.
Son 3:5  Yo os conjuro,  oh doncellas de Jerusalén,
 Por los corzos y por las ciervas del campo,
 Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
 Hasta que quiera.
El cortejo de bodas

Son 3:6   ¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo,
 Sahumada de mirra y de incienso
 Y de todo polvo aromático?
Son 3:7  He aquí es la litera de Salomón;
 Sesenta valientes la rodean,
 De los fuertes de Israel.
Son 3:8  Todos ellos tienen espadas,  diestros en la guerra;
 Cada uno su espada sobre su muslo,
 Por los temores de la noche.
Son 3:9  El rey Salomón se hizo una carroza
 De madera del Líbano.
Son 3:10  Hizo sus columnas de plata,
 Su respaldo de oro,
 Su asiento de grana,
 Su interior recamado de amor
 Por las doncellas de Jerusalén.
Son 3:11  Salid,  oh doncellas de Sion,  y ved al rey Salomón
 Con la corona con que le coronó su madre en el día de su desposorio,
 Y el día del gozo de su corazón.

Cantar de los cantares 3:1-11

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Trabajo en casa