martes, 26 de julio de 2011

¿Cuál es la importancia de la fidelidad?

Leí recientemente en un periódico de circulación nacional lo siguiente: “… en América Latina,
México ocupa el segundo lugar con casi 200 mil casos de personas con VIH SIDA…y afecta
principalmente a las mujeres, a los pobres y a los jóvenes…Mauricio Hernández (subsecretario
de Prevención y Promoción de la Salud) alertó sobre la tendencia de la enfermedad a
feminizarse…donde las más afectadas son las amas de casa, las desempleadas y las trabajadoras
del sexo. Y agrega: “…la transmisión del virus en esta región (AL) se está produciendo
PRINCIPALMENTE entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, profesionales
del sexo y, en menor medida entre personas que consumen drogas”.
El tema del SIDA no es nuevo, la enfermedad se ha hecho presente por varias décadas y se ha
desarrollado de manera alarmante. Mucho se ha hablado del tema e invertido millones y millones
de dólares en la búsqueda de encontrar una cura, pero como dice este mismo artículo: “En los
próximos cinco años no habrá esperanza para este mal”.
Lo que me lleva a pensar en la Palabra de Dios y la importancia de la fidelidad. Dios es muy
claro en sus mandamientos. El hombre queriendo ser más sabio que Dios ha decidido tomar las
riendas de su vida para llevarla inevitablemente a la muerte, y estoy hablando de la muerte física
solamente. Pues se menciona en el periódico que el promedio de edad en las defunciones osciló
en los treinta y ocho años. La Biblia nos dice en el Sal 119: 89-90 “Para siempre, oh Jehová,
permanece tu Palabra en los cielos. De generación en generación es tu fidelidad;”.
Como matrimonios en Cristo, sabemos la responsabilidad que conlleva el haber aceptado a
nuestro esposo(a) para toda la vida en completa fidelidad. Tenemos mandatos para obedecer en el
vínculo matrimonial, pero la triste realidad es ver cada día muchos cristianos separándose para
cumplir cada uno con sus propios deseos sin importar lo establecido por Dios para perdurar y
trascender. Hay muchas promesas del Señor cuando hacemos su voluntad, pero cuando dejamos
albergar pensamientos impuros y desviados, nuestra visión se transforma, se enfoca en lo que nos
complace y nos da placer…aunque sea por un instante. Busquemos y animemos a otros a buscar
la fidelidad de Dios en nuestros matrimonios para no ser parte en este paquete que engloba a tanta
gente en nuestro país, para así poder ofrecer a los demás la esperanza de vivir en completa paz
para con Dios.

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