jueves, 21 de julio de 2011

Comunicaciones mutuas




La comunicación debe fluir de parte de cada compañero, compartiendo cada cosa y todas las cosas. Entre un esposo y una esposa, ningún tema o incidente está fuera de los límites. Al mismo tiempo, cada cosa compartida en confidencia debe ser guardada confidencialmente. Si se viola esto, severamente se dañará la base de confianza en la relación. Mientras ella le de su confidencia plena a su esposo, no escondiéndole nada y no teniendo secretos para él, será muy cuidadosa acerca de lo que diga concerniente a su hogar fuera de su casa.

Los hombres son a menudo terribles tratando a sus esposas. El encontrará faltas que la fastidiarán y a menudo le causarán dolor. El fallará en este deber o en el otro. Una esposa sabia nunca hablará de estas cosas fuera de su casa, ni en el hogar delante de los niños. Ella solo hablará con su esposo y a su Salvador acerca de esto. Ella puede estar constantemente esforzándose en corregir estas faltas en su esposo, pero debe ser paciente, con amor, guardando su problema en su propio corazón. Proverbios 31 es un capítulo especial de la Biblia para la mujer piadosa. Aquí un versículo para guardar de corazón, “ella abre su boca con sabiduría; y la ley de clemencia está en su lengua”(versículo 26).

Aquí, a veces, se comete un fatal error. Las esposas, necia y engañosamente, parlotean unas con otras acerca de las fallas de sus respectivos esposos. A veces ellas hablan a otros hombres sobre esto, olvidando el hecho de que el amor pasará por alto los defectos. El hombre a quien ella esté hablando acerca de las faltas de su esposo debería asombrarse de que aquel pobre marido nunca vio en una esposa alguien que hablaría en tal manera, y por lo tanto ella solamente brinda falta de respeto sobre su propia cabeza. Guarda tu corazón y tus palabras al hablar a otros acerca de tu familia y tu hogar.


Tomado de BBN Media
www.bbnmedia.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Trabajo en casa