lunes, 3 de octubre de 2011

Mutuo encanto del esposo y de la esposa (3)


Son 7:11  Ven,  oh amado mío,  salgamos al campo,
 Moremos en las aldeas.
Son 7:12  Levantémonos de mañana a las viñas;
 Veamos si brotan las vides,  si están en cierne,
 Si han florecido los granados;
 Allí te daré mis amores.
Son 7:13  Las mandrágoras han dado olor,
 Y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas,
 Nuevas y añejas,  que para ti,  oh amado mío,  he guardado.


Son 8:1   ¡Oh,  si tú fueras como un hermano mío
 Que mamó los pechos de mi madre!
 Entonces,  hallándote fuera,  te besaría,
 Y no me menospreciarían.
Son 8:2  Yo te llevaría,  te metería en casa de mi madre;
 Tú me enseñarías,
 Y yo te haría beber vino
 Adobado del mosto de mis granadas.
Son 8:3  Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
 Y su derecha me abrace.
Son 8:4  Os conjuro,  oh doncellas de Jerusalén,
 Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
 Hasta que quiera.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Trabajo en casa