martes, 11 de octubre de 2011

El Retrato Bíblico de las Mujeres: Poniendo las Cosas en Orden (1)


Cortesía Bodas Kedusha




Autor: John MacArthur

La Biblia es, y siempre ha sido, un libro revolucionario. Es como un acantilado que resiste las oleadas del cambio cultural. Y puede ser que no exista una demostración más clara de lo inmutable de la Palabra de la Biblia que lo que enseña sobre la genuina femineidad. 

La Biblia exalta de manera justa a las mujeres, en contra de las culturas que la distorsionan, rebajan y degradan. Muchos en nuestra sociedad promocionan la liberación sexual y reproductiva de las mujeres en contra de la supuestamente opresiva y anticuada estructura de la Biblia. Yo tengo que preguntar: “¿De qué manera son las mujeres verdaderamente libres? ¿De qué manera las honra nuestra cultura?” Por supuesto, pueden votar; tienen la oportunidad de competir en el mercado. ¿Pero son verdaderamente libres? ¿Están su dignidad y su honor intactos?
Yo sostengo que las mujeres son más usadas y abusadas hoy que en cualquier otro tiempo en la historia. La pornografía ha convertido a las mujeres en objetos y en víctimas de pervertidos sucios y cobardes, quienes las miran con ojos codiciosos. En el mundo, las mujeres son negociadas como animales para esclavitud sexual. En lugares más “civilizados”, los hombres rutinariamente usan a las mujeres para el sexo sin consecuencia o compromiso, solamente para dejarlas embarazadas, sin cariño y sin apoyo. Los grupos del derecho al aborto apoyan e instigan el egoísmo e la irresponsabilidad de los hombres y “liberan” a las mujeres para asesinar a sus niños no nacidos. Las mujeres se quedan solas, con cicatrices emocionales, destituidas financieramente y culpables, avergonzadas y abandonadas. ¿Dónde está la libertad, la dignidad y el honor en eso? 

Los avances tecnológicos modernos han permitido a la cultura centralizar la degradación de las mujeres como nunca antes; pero las culturas de la antigüedad no fueron nada mejor. Las mujeres en sociedades paganas durante los tiempos de la Biblia fueron tratadas muy a menudo con un poco más de dignidad que los animales. Algunos de los filósofos griegos más conocidos – considerados las mentes más brillantes de su era – enseñaron que las mujeres eran criaturas inferiores por naturaleza. Incluso  en el Imperio Romano (probablemente el pináculo de la civilización pre-cristiana), las mujeres eran usualmente consideradas como una simple propiedad – propiedades personales de sus esposos o padres, con una posición sólo un poco mejor que los esclavos de casa. Eso era completamente diferente del concepto hebreo (y bíblico) del matrimonio, visto como una herencia conjunta y la paternidad, como un sociedad donde ambos, el padre y la madre deben de ser reverenciados y obedecidos por sus hijos (Levítico 19:3).

Las religiones paganas tendieron a impulsar y animar la degradación de las mujeres aún más. Por supuesto, la mitología griega y romana tenía sus diosas (tales como Diana y Afrodita). Pero no crea que la adoración de las diosas les dio posición más elevada a las mujeres en la sociedad. Al contrario. La mayoría de los templos dedicados a estas deidades eran servidos por prostitutas sagradas – sacerdotisas que se vendían a sí mismas por dinero, supuestamente realizando un sacramento religioso. Ambos, la mitología y la práctica de la religión pagana, usualmente han sido demasiado degradantes para las mujeres. Las deidades paganas masculinas eran caprichosas y a veces cruelmente misóginas. Las ceremonias religiosas eran muchas veces desvergonzadamente obscenas, incluyendo ritos de fertilidad eróticos, orgías alcohólicas en el templo, prácticas homosexuales perversas y, en casos extremos, aún sacrificios humanos.

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