domingo, 4 de diciembre de 2011

La bendición



Si hay una bendición grande, Señor,
Es la esposa que me has dado.
Preciosa, amante
Un vaso frágil y bien acabado.
Emprendedora, brillante
Pétalo delicado a mi entero cuidado.
Mi amor por ella crece día con día
Y aunque dice que no es perfecta
Para mí lo es y ni dudarlo podría.
Por eso:
Estar a su lado es un tremendo privilegio
Que ni el más grande de los escépticos negaría.
Y tu amor por mí, Señor, es tan egregio,
Que aun sin merecerlo la bendición cometiste
Con cuantioso apego e incalculable valía.

Autor: Salomón Melgares Jr.

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