sábado, 11 de febrero de 2012

¿Por qué son peligrosos los Amoríos en línea? (2)

Los amoríos en línea difieren de los amoríos del mundo físico en algunas cosas, pero son similares en otras. Los ciberamoríos están basados en la comunicación escrita, donde una persona puede sentirse más libre para expresarse anónimamente que en persona. Frecuentemente, la comunicación se vuelve sexualmente gráfica y pervertida, de formas que tal vez no ocurriría si una persona real estuviera escuchando esos comentarios y pudiera actuar en consecuencia. Los participantes de un amorío en línea a menudo cuentan la historia de su vida y sus secretos más recónditos. También crean un nuevo personaje, se vuelven sexualmente aventureros y simulan ser diferentes de lo que son.

La simulación es un tema importante en los ciberamoríos. Los hombres dicen ser profesionales médicos, abogados) que hacen ejercicios diariamente en el gimnasio. Y todos dicen que si su esposa supliera sus necesidades no estarían de compras por sexo en Internet. Las mujeres dicen ser delgadas, atractivas sexualmente y aventureras. El anonimato de Internet les permite divulgar (o aun crear) sus fantasías más alocadas. De hecho, la conversación franca y el flirteo dan grandes dividendos en la cantidad de hombres en una sala de chat que quieren hablar y encontrarse con ellas.


Así como Internet se ha convertido en una nueva fuente de pornografía para muchos, también parece haberse convertido en una nueve fuente de aventuras amorosas. Las relaciones en línea suelen cruzar el límite dejando una estela de dolor, congoja y también divorcio. Aun cuando estos amoríos en línea no involucren el sexo, pueden ser muy intensos y amenazar igualmente un matrimonio.


Estadísticas actuales sobre el adulterio. En un artículo anterior, hablé de algunas de las estadísticas relacionadas con el adulterio. Antes de seguir adelante, déjeme actualizarle algunas de esas cifras con una multitud de estudios que llegan, todos, a conclusiones similares.


Una conclusión es que el adulterio se está volviendo más frecuente, y los investigadores están encontrando que las mujeres tienen la misma probabilidad que los hombres de tener un amorío. Un estudio de 1983 encontró que el 29 por ciento de las personas casadas de menos de 25 años de edad había tenido una aventura amorosa, sin ninguna diferencia estadística entre la cantidad de hombres y mujeres que escogieron ser infieles a sus cónyuges cuando eran jóvenes.{2} En comparación, sólo el 9 por ciento de los cónyuges en la década de 1950 debajo de 25 años había participado en sexo extramatrimonial.

Otro estudio llegó a la conclusión de que a los 40 años de edad entre el 50 y el 55 por ciento de los esposos, y entre el 45 y el 55 por ciento de las esposas, participan en un amorío extramatrimonial.


Tomado de obrerofiel.com

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