viernes, 16 de diciembre de 2011

El noviazgo cristiano



El noviazgo cristiano
Por Zabdiel Torres. El noviazgo como se practica en la actualidad es realmente una invención relativamente reciente del hombre. En la Palabra de Dios no se menciona la palabra "noviazgo", ni hay alguna referencia a una relación entre hombre y mujer o dinámica similar al noviazgo tal como se entiende ahora. Las palabras "Novia" y "Novio" aparecen en el Antiguo Testamento solo para referirse a quienes contraen nupcias en una boda. En el libro de Cantares se usa la palabra "amiga", pero nada tiene que ver con una "girlfriend", como se le llama ahora, sino que es una referencia a la esposa.
¿De dónde viene el concepto de noviazgo como se usa en la actualidad? La idea del noviazgo en el mundo surge de la preocupación de "conocer bien" al futuro cónyuge antes de tomar la decisión de casarse. Dado que el matrimonio es todavía considerado una decisión muy importante, existe la necesidad de dar pasos "seguros" y establecer un periodo de "conocimiento mutuo" para evitar cometer errores. Pero esta perspectiva  se enfoca solamente en los anhelos, intereses y expectativas personales sin tomar en cuenta la voluntad de Dios. De hecho, esta misma lógica de "conocer bien a tu pareja", llevada a sus últimas consecuencias, es la justificación principal de la unión libre que dice: "comprobemos que nos llevamos bien viviendo juntos, y si todo sale bien, pensaremos en casarnos." Pero definitivamente éste es un enfoque egoísta y egocéntrico del camino hacia el matrimonio que está lejos su propósito divino.
El "noviazgo cristiano", si es que se le puede llamar de esa manera, tiene como propósito conocer la voluntad de Dios con respecto a la futura unión matrimonial. Más que buscar "conocer a profundidad a la otra persona" (lo cual, dicho sea de paso, nunca sucede ni siquiera después de muchos años de matrimonio), el novio cristiano y la novia cristiana deben estar atentos a la voz de Dios en todo momento. Deben orar continuamente y buscar su Voluntad y estar conscientes de que una relación de pareja que no toma en cuenta a Dios está destinada al fracaso. Tanto el matrimonio como el noviazgo cristianos no son relaciones de dos personas únicamente, sino de tres, donde Dios tiene el primer lugar. Una pareja que toma en cuenta a Dios en su relación de noviazgo alcanzará la bendición de Dios en el matrimonio. Eclesiastés dice: "cordón de tres dobleces, no presto se rompe..." (Ec. 4:12).
¿Cómo conocer la voluntad de Dios en el noviazgo cristiano? De entrada hay que mencionar que un yugo desigual no es la voluntad de Dios. Esto es, si tu novia o novio no son cristianos te puedo asegurar que Dios no ve con agrado esa relación. Si quieres bendición en tu noviazgo y después en tu matrimonio busca tu pareja en el pueblo de Dios. Claro que tu novio o novia inconversos pueden ser evangelizados a través de tí, pero tendrás el problema de asegurarte de que esa conversión sea sincera y que no lo hace por el interés personal de mantener viva su relación. Abundan los casos en que el novio o la novia inconversos aceptan a Jesús como un "requisito" para unirse en matrimonio, pero una vez que obtuvieron el objetivo de casarse jamás vuelven a pisar la iglesia. De cualquier modo, aún cuando sea sincera su conversión, requerirás de mucha oración, ayuno y paciencia para que tu recién convertida pareja cambie paulatinamente sus costumbres y tradiciones heredadas del mundo, con el consecuente dolor que durante el proceso producirá en tí y seguramente también en el desarrollo emocional de tus hijos. De nuevo, si deseas plena bendición, busca que tu pareja sea cristiana.
Otro aspecto importante para conocer la voluntad de Dios en el "noviazgo cristiano" es el grado de paz que tú sientes en la relación. Pregúntate ¿tengo paz con mi novia(o)? ¿tengo alguna preocupación respecto al futuro de mi relación? ¿Existe algo que me perturba especialmente en ciertos momentos de mi relación? Si no sientes paz en tu relación seguramente Dios te está diciendo que no es su voluntad que continue ese noviazgo. No hay paz en una pareja que tiene discusiones frecuentes, arrebatos emocionales, escenas de celos para "probar la relación", o altibajos continuos. Si tu relación sufre de estos conflictos, en verdad te digo que es mejor estar solo(a) (Proverbios 21:19). Salomón le llama "amiga" y "compañera" a su amada esposa en el libro de Cantares, lo cual nos da una clave importante: los noviazgos con paz generalmente son aquellos cuyo primer acercamiento fue una relación de amistad y compañerismo. Si no hay amistad previa a la relación de noviazgo se corre el riesgo de tener una relación basada en un sentimiento de atracción superficial, basado puramente en el deseo físico o basado en fantasías que responden a necesidades o deficiencias (o hasta frustraciones) personales a un nivel meramente emocional. Las mujeres que descalifican a sus amigos como posibles novios están desperdiciando oportunidades valiosas de tener una relación de pareja armoniosa y, sobre todo, con paz.
Otro aspecto importante a considerar es la aprobación de los padres. Los padres han sido puestos por Dios como autoridad sobre los hijos mientras éstos no están casados, y son las personas más indicadas para dar una opinión al respecto. Los padres tienen experiencia en la vida y siempre buscarán lo mejor para sus hijos. La Biblia dice "¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?" (Mt. 7:9,10) Cuando la opinión de tus padres sea contraria a la tuya, seguramente el Enemigo te dirá al oido "no los oigas, ellos qué saben!", ¡pero cuidado!, controla tu propio orgullo, no des cabida al diablo en tu mente, y no desprecies el consejo de tus padres (Pr. 1:8); pon mucha atención a lo que ellos digan, pues allí hay dirección amorosa y respuestas sinceras a tus interrogantes sobre si es voluntad de Dios mantener tu noviazgo.
¿Hay bendición en tu relación de noviazgo? ¿Hay provisión material y espiritual? ¿Dan pasos hacia adelante como pareja en el camino de Dios, o van para atrás? ¿Hay un crecimiento espiritual en su andar juntos? ¿Su relación los lleva a obedecer más a Dios, a acercarse más a Él o hay presiones de una de las partes para desobedecerle y alejarse? Estos son buenos indicadores para saber la voluntad de Dios en tu noviazgo.
Finalmente, el "noviazgo cristiano" mira el corazón de la otra persona, no los aspectos superficiales. Pregúntate qué es lo que te atrae de tu pareja: ¿su aspecto físico, su posición social o amistades, su estilo de vida, su ministerio, su fama, su dinero?, ciertamente éstas son cosas superficiales y temporales, que tarde o temprano se acabarán. Busca las cosas que perduran y que resisten el paso del tiempo, fíjate antes que nada que tu pareja ame a Dios con todas sus fuerzas y que honre a sus padres, pues su amor a Dios y a sus padres seguramente se reflejará en un amor sincero y fiel hacia tí. Tu también ama a Dios sobre todas las cosas, así Él bendecirá tu relación de noviazgo y ambos tendrán las prioridades correctas. Un predicador decía frecuentemente: "No sacrifiques obediencia por comunión", que aplicado al noviazgo sería: "no sacrifiques la obediencia a la Palabra de Dios por tener una mejor comunión con tu pareja". Por ejemplo, si dejaras de ir a la iglesia porque tu novia quiere que pasen "más tiempo juntos", entonces estarías sacrificando la obediencia por la comunión, y te aseguro que esa situación no traerá bendición a tu vida, ni salud a tu relación de pareja. Si amas a tu novia(o) más  que a Dios, entonces ten por seguro que tarde o temprano perderás a la persona que tanto amas. Pero si ambos aman a Dios, entonces podrán caminar juntos, porque las prioridades serán las correctas en sus vidas y podrán tener una verdadera comunión de pareja. Observa antes que nada dónde está el corazón de tu pareja, pues te dará un buen indicio de la voluntad de Dios.
Todos estos aspectos los podemos ver en la historia de Isaac y Rebeca (Génesis 24). Aunque la Biblia nos muestra en ese relato un caso extremo es verdaderamente muy revelador. Ninguno de los dos se conocían antes de unirse, pero para ellos lo más importante era la voluntad de Dios. Rebeca fue dócil y obedeció la voz del Señor, y accedió a dejar a su familia y el mundo que le rodeaba para ir con el mensajero de Abraham, quien antes de ver la belleza física de la muchacha tomó en cuenta su buen corazón, pues ella no solamente le dio de beber a él, sino a todos sus camellos sin que él se lo pidiera. Ambos eran de la misma parentela (del mismo pueblo de Dios) y ambas familias estuvieron de acuerdo en esa unión. Hubo bendición material y espiritual en todo tiempo. Cuando Isaac vio a Rebeca y la llevó a la tienda de su madre, dice la Biblia que "la amó", esto es que se enamoró de ella. En estos tiempos parecería una locura: ¿Cómo fue que se enamoró de ella sin conocerla? Ah! Dios es sabio y conoce todas las cosas y puso amor en ellos. Así que no temas, Él nunca te dará una pareja que no ames, Él conoce tus preferencias y anhelos mejor que tú, Él siempre te dará lo mejor para tí y cubrirá, inclusive, todos los demás aspectos de atracción física y afinidad. Si buscas al Señor y su Voluntad en tu relación de noviazgo, Él te mostrará el camino, solamente necesitas estar atento a su voz.
Con todo esto no quiero decir que un "noviazgo cristiano" es aquel que carece de problemas, y que todo es perfecto y de color de rosa, mucho menos cuando se llega al matrimonio. Pero si los dos ponen en primer lugar a Dios y buscan su voluntad, ustedes mismos sabrán qué hacer con respecto a su noviazgo y tomarán la mejor decisión para sus vidas. Recuerda, tu decisión para casarte con tu novia(o) no debe depender de cuánto conoces a tu pareja, sino cuánto conoces de la voluntad de Dios sobre tu relación de noviazgo. Así podrás ir hacia el matrimonio con confianza, seguridad, sin incertidumbres ni temores, y podrás ver la bendición en tu hogar, en tus hijos y en todo lo que Dios te permita vivir en el futuro.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Esposa contenta, esposo contento

El domingo platicando con mi pastor me contó una anecdota sobre un amigo que siempre que viene a Honduras pasa por un supermercado y compra semillas de marañón, cuando le preguntaban sobre su tan singular compra y la forma tan vehemente que solicita que lo lleven a un local para hacer su compra, este contestó que a la esposa le encantan y que cuando la esposa esta contenta el esposo esta contento.

Eso me recordó una predicación que vi por la televisión hace unos meses, donde el pastor contaba que el cuando viajaba la esposa le pedía le llevara un perfume, el cuenta que llegaba a la tienda y empezaba a solicitar y ver y oler y generalmente no le costaba mucho tiempo puesto que la selección se basaba en tomar la más barata. Desgraciadamente escogía la que menos le gustaba a su esposa y luego no entendía el mal humor de ella. El aprendió, según sus palabras, que debía de llevar el perfume que a ella le gustaba, que era un poco más caro, pero que con ese era con el que la esposa se sentía feliz.

Quiero remarcar dos cosas aqui, en ambos casos, ambos esposos tomaron el tiempo para poder complacer a sus esposas, la otra cosa importante es que en ambos casos nos dejan la enseñanza de que como esposos debemos de amar a nuestras esposas y esto no es necesariamente igual en todas las mujeres.

En su libro Los Cinco Lenguajes del Amor del Doctor Gary Chapman, podemos leer como nuestras esposas responden de formas diferentes a nuestras acciones y aquellas acciones que nosotros podemos considerar tan insignificantes pueden tener un enorme valor emocional para nuestras esposas. Esto por supuesto no es algo que "nos salga" de una forma natural, tenemos que aprender que es lo que a nuestra esposa le agradaría que hicieramos. Como esposos cristianos estamos llamados a amar a nuestras esposas eso significa tomarnos tiempo para escucharlas, darle su regalito de vez en cuando, decirles lo mucho que significan para nosotros, alabar sus actividades, etc. Creo que vale la pena si esto la pone contenta y si esposa contenta, esposo contento.

domingo, 4 de diciembre de 2011

La bendición



Si hay una bendición grande, Señor,
Es la esposa que me has dado.
Preciosa, amante
Un vaso frágil y bien acabado.
Emprendedora, brillante
Pétalo delicado a mi entero cuidado.
Mi amor por ella crece día con día
Y aunque dice que no es perfecta
Para mí lo es y ni dudarlo podría.
Por eso:
Estar a su lado es un tremendo privilegio
Que ni el más grande de los escépticos negaría.
Y tu amor por mí, Señor, es tan egregio,
Que aun sin merecerlo la bendición cometiste
Con cuantioso apego e incalculable valía.

Autor: Salomón Melgares Jr.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Matrimonios restaurados por Dios



¿Está en crisis su matrimonio? Si es así considere el tema: "Matrimonios restaurados por Dios", como una alternativa para buscar la solución a su caso.
Oseas 3:1 dice: "Me dijo otra vez Jehová: ve y ama a una mujer amada de su compañero y adúltera; así ama Jehová a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a dioses ajenos y aman las tortas de pasas"
Abraham Lincoln, en cierta ocasión vio una subasta de esclavas y como con lujuria la peleaban los hombres. Lincoln compite y gana la subasta. La esclava lo miraba con odio; pero este buen hombre le dio la libertad, ella al ver este gesto, le sirvió con gratitud.
Algunos intérpretes piensan que Gomer se había convertido en esclava concubina de otro hombre, o que después de su adulterio, había vuelto a la casa de su padre y que Oseas pagó por ella un segundo tributo nupcial. De todas maneras, el simbolismo de esta acción es claro: Oseas ha seguido amando a su esposa a pesar de su infidelidad y esto es otra señal elocuente del amor de Dios a su pueblo infiel. (RV95)
Este cuadro es una figura del amor redentor de Cristo, hacia el pecador. Toda persona es esclava en el mercado del pecado. Y Cristo gana la subasta para redimirnos y con su sangre comprarnos para nuestra liberación.
Además, Dios restaura a cada matrimonio en crisis; y en vez de buscar la solución en el divorcio, la respuesta está en el diseñador y el inventor de la familia, Dios mismo; quien desea que seamos fieles y leales al pacto de nuestro amor.
El horóscopo, las brujas y los "sicólogos" no tienen la solución al pecado del ser humano, sino el Señor Jesucristo.
Por eso, busque a Dios, la guía de un buen Pastor o psicólogo cristiano para que le oriente a tener comunicación con su cónyuge y buscar restaurar el amor. Si desea mi ayuda escriba a "La Biblia Dice..." para orar por su familia.
Busque junto a su ser amado, orar juntos, y a solas comunicar sus sentimientos, perdónense y ambos restauren su relación de amor con Dios y consigo mismo. De tiempo a Dios. 

"Mi Tiempo con Dios"
Por:Alan López. 28/08/2004

Trabajo en casa